En los últimos meses, las redes sociales se han llenado de creaciones visuales sorprendentes, va en aumento el furor por las imágenes Ghibli. Todo esto creando desde retratos realistas transformados en versiones animadas que parecen sacadas directamente de una película.
Este fenómeno ha despertado la curiosidad de miles de usuarios que buscan replicar ese estilo nostálgico, mágico y detallado utilizando herramientas de inteligencia artificial.
La tendencia no solo habla del poder de la tecnología, sino también del impacto emocional de un sello estético tan único como el de Ghibli.
El encanto radica en que, a pesar de no ser una réplica exacta del estudio japonés, la inteligencia artificial es capaz de captar sus elementos visuales característicos. Por ejemplo, cielos vibrantes, entornos naturales pintorescos, personajes de mirada expresiva y una atmósfera envolvente que transporta a otro mundo.
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El Boom de las imágenes Ghibli generadas por IA
La revolución comenzó cuando usuarios de ChatGPT y otras plataformas con generadores visuales incorporados empezaron a experimentar con prompts personalizados.
Pronto, las redes se inundaron de ejemplos: personas recreadas como protagonistas de cuentos fantásticos, gatos con alas flotando entre bosques animados o paisajes urbanos convertidos en escenarios de fantasía.
Este auge de las imágenes Ghibli demuestra cómo la nostalgia puede combinarse con lo digital para crear nuevas formas de expresión visual.
Sam Altman, CEO de OpenAI, llegó a afirmar que la plataforma sumó un millón de usuarios en una sola hora, en gran parte gracias a esta tendencia. En España, los resultados son particularmente populares, y el estilo de películas como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro es el más replicado.
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¿Cómo hacer imágenes Ghibli con IA?
Crear una imagen inspirada en Ghibli es más sencillo de lo que parece. El primer paso es tener una cuenta en ChatGPT con acceso al generador de imágenes. Una vez dentro, basta con iniciar una conversación y escribir un prompt detallado que describa el tipo de escena deseada, los elementos visuales y el estilo artístico.
Un ejemplo útil podría ser: “Transforma esta imagen como si perteneciera al universo de Studio Ghibli, con colores suaves, trazos detallados y una atmósfera mágica. Mantén la expresión y el fondo”.
El modelo generará una o varias versiones y, si no es satisfactoria, se puede ajustar la descripción para afinar el resultado. Estas imágenes Ghibli pueden hacerse desde cuentas gratuitas, aunque con ciertas limitaciones, como veremos más adelante.
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Las críticas del uso de IA en el arte
No todos celebran esta tendencia. El legendario director Hayao Miyazaki ha sido uno de los críticos más duros del uso de IA en la creación artística.
En una declaración ampliamente difundida, calificó este tipo de tecnologías como “un insulto a la vida misma”. Para Miyazaki, el arte debe surgir de la experiencia humana, del error y del sentimiento, no de algoritmos que simulan emociones.
Estas posturas han encendido el debate sobre la legitimidad artística de las obras generadas por inteligencia artificial. ¿Son imitaciones sin alma? ¿O nuevas formas de arte accesibles a todos? Mientras tanto, las imágenes Ghibli continúan expandiéndose por el ciberespacio, alimentando tanto admiración como controversia.
Posibles restricciones al generar imágenes con IA
Ante el crecimiento exponencial del uso de estas herramientas, OpenAI ya trabaja en mecanismos de control. Según el investigador Tibor Blaho, se han detectado códigos dentro de la app de Android de ChatGPT que indican la inclusión de marcas de agua digitales en las imágenes generadas desde cuentas gratuitas.
La marca de agua denominada “ImageGen watermark for free”, no impediría la creación de contenido, pero sí señalaría visualmente que la imagen fue creada por IA de manera gratuita.
Esta decisión apunta a mantener la transparencia y evitar confusiones con trabajos profesionales, especialmente en el contexto del arte digital y la propiedad intelectual. Además, esta medida, al parecer, no afectará a los suscriptores pagos.
